Manchón-Al Vespre parlamentEsta semana se ha producido una votación en el Parlament que, con la excusa de llevar al Congreso la petición para poder celebrar la consulta soberanista, ha provocado víctimas colaterales, que, tal vez, es también uno de los objetivos del proceso: la ruptura del grupo del PSC. En el debate de TVE Al Vespre, de la La2, con Nacho Martín Blanco, se debatió esta cuestión el mismo día de la votación.

El PSC tiene un problema, pero lo tiene el conjunto de la sociedad catalana, que, aparentemente, sigue la estela marcada por CiU y ERC. El independentismo tiene toda su legitimidad, pero ha iniciado un proceso que se basa en medias verdades, y que cae en errores constantes.

El grupo del PSC no votó en contra o a favor de trasladar la petición de la consulta al Congreso, sino de seguir o no el proyecto de Artur Mas. Y ese podría ser el gran error de los diputados díscolos, porque, puestos a restar trascendencia a la votación, de la misma manera se puede decir que no le hubiera costado nada a la dirección apostar por una abstención como a los díscolos votar en contra. Puesto que no servirá de nada, los diputados críticos podrían haber votado todos en bloque, ofreciendo una imagen de unidad, y, posteriormente, mostrar sus dudas, sus posiciones personales, porque eso sí tiene toda la legitimidad del mundo.

Manchón-Alvespre grandeEl PSC, pero cualquier otro partido, lo que debería hacer es defender los proyectos propios que tengan. Y el PSC lo tiene, junto al PSOE. Lejos de ser criticable esa ligazón con el PSOE, es muy importante, porque los catalanes que lo vean así tienen una referencia en España para ser la alternativa de gobierno al PP.

En el fondo, lo que está en juego es el terreno de juego. Para muchos catalanes el terreno de juego, donde se juegan las cosas importantes, por muchas razones, es España. Y para jugar ahí necesitan al PSOE y al actual PSC. Los que no quieren saber nada de nada de ello, evidentemente, quieren cargarse al actual PSC. Y los diputados críticos parece que juegan con ese equipo, junto con dirigentes de CiU, como Francesc Homs, uno de los mayores interesados en dejar en la cuneta al PSC.