Una línea de crédito, no un rescate. Esa es la versión del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien hoy mismo ha acabado protagonizando una comparecencia en la Moncloa, la que tuvo que haber hecho ayer. Rajoy se arroga el haber presionado para conseguir esa línea de crédito para el sistema financiero español, con un fondo disponible de 100.000 millones de euros.
Al margen de la interpretación, los medios siguen hablando de rescate, la medida es en sí misma una buena noticia, porque supone no el rescate de España, sino el rescate de Europa. Europa se ha rescatado a sí misma. Primero, porque no podía dejar a España en una situación al albur de los mercados durante una semana más, que no será una semana cualquiera, sino la semana previa a las elecciones griegas. En función de lo que pase en Grecia, el euro sufrirá ataques con mayor o menor intensidad. Por tanto, lo más prudente es resolver la situación de España. Se debería haber hecho antes, eso seguro.
Y en segundo lugar, la cancillera alemana Angela Merkel, muy consciente de sus problemas internos, de la opinión pública alemana –habría que preguntar a todos los líderes europeos como gestionarían la situación con opiniones públicas muy tibias con el euro, como ocurre entre los alemanes- también sabe lo que Europea necesita: un proyecto federal de verdad, con una pérdida de soberanía importante que permita fiscalizar sin contemplaciones las cuentas nacionales. En eso estamos, lentamente, pero en eso estamos. Y no está tan claro que Alemania vaya en esa dirección –yo creo que sí- como que otros países como Francia –siempre recelosos de su soberanía- lo permita. En cualquier caso, el debate es intenso sobre por qué Alemania sigue llegando tarde, por qué no aprende las lecciones de la historia.
Otra cuestión importante que los españoles se preguntan y los medios indagan una y otra vez con una cierta sorna: ¿el sistema financiero español no era el más seguro y solvente? Claro que lo era, con las provisiones que había dictado el Banco de España muchos años atrás. Pero no hay que olvidar que una crisis tan grave provoca el derrumbe de los bancos, porque llevamos ya cinco años con una pérdida de valor de los activos en los balances, con una atonía o decrecimiento directamente en la economía. Los bancos no han aguantado, pero no todos, algunos bancos no aguantan. Pero el 70% del sistema es solvente, como ha afirmado el FMI en el famoso informe en el que reclama esa inyección de capital europeo.
Así, dos conclusiones, una desde el punto de vista económico: Europa se rescata a sí misma, ayudando a España. ¿No es lo que pedimos a gritos desde hace meses? Se intenta salvar el euro, con determinación ahora, antes de lo que pueda pasar en Grecia.
Y, desde el punto de vista político: Rajoy sigue sin ser consciente de la importancia de los medios, de la situación en la que se enmarca la política en el siglo XXI. Debía de haber aparecido ayer, para explicar su distinción entre rescate y línea de crédito. En esta crisis, Rajoy debe estar al frente, ser más activo y no cansarse en explicar las cosas.