Las cosas siguen muy mal. España no es capaz de bajar la prima de riesgo, que es la diferencia entre lo que debe pagar para colocar bonos de la deuda del tesoro a diez años respecto al mismo título por parte de Alemania. Es decir, que si estamos por encima de 500 puntos, España paga un 5% más que lo que pague Alemania. Y el gobierno de la canciller Angela Merkel ha llegado a pagar estos días menos de un 1% por colocar su deuda entre los inversores. Es más, los bonos a dos años los ha colocado al 0,07%. Hizo una emisión de 4.555 millones el pasado día 23 con ese ridículo interés.

La jugada podrá ser maestra para Alemania, pero está resultando una estafa. Los inversores europeos venden deuda española, no la quieren. Y la compran los bancos españoles, con lo que se cargan de deuda y se les dice que están en una posición crítica. Y esos inversores se refugian en Alemania, aunque el interés que cobren sea muy pequeño. En el primer trimestre de 2012, con los datos del Banco de España, han salido del país 97.090 millones de euros, entre inversiones en cartera, préstamos y depósitos. En el mismo periodo del 2011 el saldo era positivo, con una entrada de capital de 20.887 millones de euros.

Pero la mutualización de la deuda no llega. Europa no es Estados Unidos. Mario Draghi no es Alexander Hamilton. Y se ha instalado el miedo.

Los socialistas portugueses han sido hasta ahora los que han denunciado la situación con mayor claridad, acusando a Alemania de beneficiarse gracias a «la desgracia de otros países», con una financiación de su deuda al 1%. Si uno pertenece a un club donde se le trata de esta manera, vino a decir el secretario general del Partido Socialista luso (PS), Antonio José Seguro, «no tiene sentido ser miembros de una unión económica y monetaria» en la que no se soluciona esta anómala situación.

Sin reacciones todavía, al margen de las palabras de Drahgi sobre Bankia, el gobierno español «ha actuado de la peor manera posible», dejamos aquí un enlace preocupante sobre los fondos de inversión.